Todos tus muertos
/ All Your Dead Ones
Carlos Moreno
Colombia
Domingo, día de elecciones. Salvador se levanta temprano y comienza a trabajar en su parcela. Es un campesino humilde y tranquilo, que hace poco caso del alboroto que se ha armado en el pueblo por la elección del próximo alcalde. Pero su rutina cambia sorpresivamente. Durante la madrugada, alguien ha arrojado varios cadáveres que se amontonan macabramente en medio de sus cu...
Domingo, día de elecciones. Salvador se levanta temprano y comienza a trabajar en su parcela. Es un campesino humilde y tranquilo, que hace poco caso del alboroto que se ha armado en el pueblo por la elección del próximo alcalde. Pero su rutina cambia sorpresivamente. Durante la madrugada, alguien ha arrojado varios cadáveres que se amontonan macabramente en medio de sus cultivos de maíz. Salvador, lleno de preocupación y rabia, va al pueblo a denunciar la masacre, pero el alcalde y el comandante de la Policía deciden no avisar a nadie para no perturbar los comicios. Los tres hombres tienen por delante calurosas y tensas horas para decidir qué hacer con la montaña de muertos. Mientras tanto, los mosquitos, el teléfono celular, un rumor periodístico, la ira de un hacendado y una misión humanitaria zumbarán con agobio en sus oídos.
Domingo, día de elecciones. Salvador se levanta temprano y comienza a trabajar en su parcela. Es un campesino humilde y tranquilo, que hace poco caso del alboroto que se ha armado en el pueblo por la elección del próximo alcalde. Pero su rutina cambia sorpresivamente. Durante la madrugada, alguien ha arrojado varios cadáveres que se amontonan macabramente en medio de sus cultivos de maíz. Salvador, lleno de preocupación y rabia, va al pueblo a denunciar la masacre, pero el alcalde y el comandante de la Policía deciden no avisar a nadie para no perturbar los comicios. Los tres hombres tienen por delante calurosas y tensas horas para decidir qué hacer con la montaña de muertos. Mientras tanto, los mosquitos, el teléfono celular, un rumor periodístico, la ira de un hacendado y una misión humanitaria zumbarán con agobio en sus oídos.