(1970)
Franju vuelve a adaptar a un clásico de las letras francesas, en este caso a Émile Zola. Se trata de una novela anticlerical que el cineasta pone en escena sin quitarle a su mensaje un ápice de su furia y agresividad. Un relato sofocante y claustrofóbico que tiene como protagonista al cura de una pequeña ciudad de provincias. Cuando pierde su memoria debido a una caída, es atendido por una hermosa joven de la que se enamora… sin recordar quién es y cuáles son sus deberes religiosos.