Lara Izagirre buscaba transmitir una sensación: sentirse fuera de lugar al regresar al pueblo natal tras años viviendo fuera. Pero sobre todo, habla de aceptar a la gente que más queremos tal y como es en su opera prima Un otoño sin Berlín, que se presenta mañana en la Gala del Cine Vasco y dentro de la sección Zinemira. La realizadora vizcaína dice que ella no lo nota, pero que amigos madrileños y catalanes que han visto la película le han comentado que es una película muy vasca: “Quizás tengamos una forma de contar historias muy nuestra, pero yo creo que como la película habla de relaciones y comunicación, es igual de dónde sea el espectador porque se puede sentir identificado con alguno de los personajes en uno u otro momento de la historia”.