Federico trabaja para una industria mexicana y debe ir a la selva para buscar la zona en la que crece el árbol del que se extrae la cortisona. Perdido en la selva, finalmente llega a un lugar habitado junto a una catarata. Allí es recibido con hostilidad por Santos, un ser amargado que ha huido del mundo. Este le corta el puente de acceso y lo lanza al río. Yáscara, la hija de Santos, lo salva y se enamora de él, que está casado. Unos hombres rescatan a Federico y Yáscara se queda sola. Su padre le dice que si él la quiere, volverá.